El Ayuntamiento de Cuenca celebró este sábado 20 de julio por primera vez de forma institucional el Día del Orgullo LGTBIQA+ con el pregón de Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, y muchas más actividades.
En su emotivo pregón, Armenteros recordó su infancia en Cuenca y la ha felicitado por ser “abierta y diversa”. Ha notado un cambio “muy grande” entre la ciudad de su infancia y la actual, aunque en su momento también le ayudó la capital a “no sentirme fuera, excluido”.
A continuación compartimos el pregón del presidente de la Fundación:
"¡Buenas tardes, Cuenca orgullosa y diversa!
Es un honor estar aquí hoy, en esta hermosa ciudad, celebrando el primer Orgullo LGTBI, (que se dice fácil). Y más que sea la “Antonia” quien da el primer pregón. ¡Me hace mucha ilusión! ¡Quien me iba a decir a mí que 58 años después estaría compartiendo mis sueños de infancia con la ciudad que me respeto, me cuidó y me dejo soñar y estar acompañado por mi familia de Cuenca que tanto quiero!
Si, soñar. Mi tía vivía en el Castillo y mis veranos los pasaba en mi castillo imaginario. En mi mundo interior yo era una princesa caballera que exploraba. ¡No sé cómo no me despeñé en los riscos! Será porque mi reino me protegía. Era una cabra loca todo el día corriendo, saltando era feliz.
Jugaba a las cocinitas, ¡cómo no!, a las casitas con la muñeca de mi prima pequeña, me gustaba hacer la comida y solo encontraba ajos y no creo que fueran de Las Pedroñeras. Pero pelando y haciendo que guisaba vivía en mi mundo.
Ya se veía que era una mari lavando la ropa, como “me gustaba”, por la mañana en la fuente del Piojo. Unos trapitos y algunas tardes con mi tía Encarna y las vecinas a lavar con mayúsculas a la Canaleja. Era tanta mi ansia que casi me ahogo, mi tía se meó de risa y no podía sacarme. ¡Es normal! Las princesas somos así…..
Me gustaba trasportar el agua de los cántaros y botijos, aunque a veces había problemillas. Bajas colaterales que se dice ahora, que se rompían algún botijo….
Vivía mi mundo diferente. Al salir del castillo, estaba la cárcel con esos cuerpos de la guardia civil con capas y tricornios, que yo les colocaba a mi servicio. Era una Cuenca negra porque salían hordas de seminaristas ensotanados y de negro, que yo vivía con curiosidad y sin entender que eran esas cosas, por el puente de San Antón y San Pablo……. Exploraba la catedral que para mi era mi casa. ¡Cuántas historias he vivido encerrado en ese lugar!
Donde no me gustaba ir era a la Casa de la Beneficencia. Allí me llevaba mi tía a ver a esas monjas con eso gorros todo fashion, pero notaba tristeza. No obstante, en mi mundo era abrir nuevos caminos y me consolaba rápidamente.
Si, he tenido mucha suerte de tener una familia de Cuenca que me cuidaba y me sentía querido aunque perdiera aceite y tuviera mucha pluma. Me sentía querido y en libertad. Me acuerdo en las fiestas de San Mateo con la vaquilla que me cosí un pantalón divino y no me reprimían ni me decían marica, como estaba acostumbrado a escuchas en Madrid. Mis primos me querían como era y eso en esos momentos valía mucho, el recordar y poner en valor una época de la historia nos hace más fuertes.
Es también importante se nos haya invitado a dos personas mayores para estar aquí, Manolita (Chen) y la Antonia que hemos tenido una vida algo convulsas, pero que somos el ejemplo de la resiliencia y de lucha por cambiar este mundo que no nos reconocía. Nos pusimos el mundo por montera y con nuestra ilusión aquí nos tenéis luchadoras y solidarias poniendo en marcha Fundaciones que cambian la vida de las personas, y no dejamos a nadie en la estacada. Yo generando espacios especializados para las personas mayores del colectivo, Fundación 26 de Diciembre, fecha histórica que en 1978 dejamos de ser peligrosas.
Hoy no solo celebramos la diversidad y el amor en todas sus formas, sino la valentía, la resiliencia y la unión de nuestra comunidad.
Estamos aquí para honrar a quienes han luchado por nuestros derechos, aquellos que han alzado la voz en el tiempo de silencio, quienes han marchado en tiempos de represión, y quienes han amado en tiempos de odio. Su coraje y sacrificio nos han traído hasta este momento y les debemos nuestra gratitud eterna.
Cuenca, como muchas ciudades, ha sido testigo de grandes cambios. Hemos avanzado mucho, pero aún queda camino por recorrer. Hoy reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad, la justicia y el respeto para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género.
Recordamos que el amor es amor, que cada individuo tiene el derecho a vivir libremente y con dignidad, y que nuestra diversidad nos hace más fuertes y más bellos. La lucha por los derechos LGTBI no es solo una lucha de nuestra comunidad, es una lucha de toda la humanidad por un mundo más justo y equitativo.
En este día celebramos con alegría y orgullo, pero también recordamos con solemnidad a aquellos que han sufrido y a quienes ya no están con nosotros. Su memoria nos impulsa a seguir adelante, a no rendirnos nunca y a seguir construyendo un futuro donde nadie tenga que esconder quién es o a quién ama.
A todes los presentes, les agradezco por su apoyo, por su amor y por su compromiso con esta causa. Sigamos adelante, juntos, construyendo puentes de comprensión y derribando muros de prejuicio. Hoy, más que nunca, decimos alto y claro: ¡Estamos aquí, somos visibles y merecemos respeto!
¡Viva Cuenca orgullosa y diversa! ¡Viva el Orgullo LGTBI! ¡Y que viva el amor en todas sus formas!
Gracias".
